Villa Traful, Cuyin Manzano, Villa Meliquina y la Ruta de los Siete Lagos

11 de Enero 2014 Desayunamos en el restaurant del complejo, jugo, cafe, tostadas, mermeladas y queso. Ya que no teníamos nada de provisiones fuimos a la proveeduria a abastecernos. Hay algunas pequeñas y dos que serian algo así como supermercados, bastante bien provistos. Nos sugirieron como paseo corto las cascadas del Arroyo Coa Co y Blanco. Se puede hacer una parte en auto y luego hay que seguir el trayecto a pie. El camino esta bien marcado y es sencillo de hacer, rodeado por un bosque de altos arboles hay amplios sectores sombreados. Se escucha el ruido del agua antes de llegar, pero solo se ven de forma muy lejana. No encontre camino para bajar y es demasiado abrupto para improvisar. Por lo tanto continuamos el sendero hasta volver al punto de partida.

Hay en Villa Traful variadas opciones para comer, y esa noche cenamos ravioles de ricota con hongos de pino, trucha al limon y trucha a la manteca negra. 12 de Enero de 2014 Un dia a puro relax en el lago, solo eso, salvo una interrupción para el almuerzo en el mismo complejo, ciervo a la cazadora con verduras salteadas y trucha al limon.

13 de enero de 2014 Ayer ya descansamos, hoy toca salir de nuevo y nuestro objetivo es Villa Meliquina, para llegar hay que ir hasta Confluencia, cruzar el puente y luego doblar hacia la izquierda por un camino de ripio. Antes de cruzar el Rio Minero, hay un desvio hacia Cuyin Manzano y hacia alla fuimos. Es apenas un caserío,con una iglesia, un rio que corre a sus pies y en su entrada unas formaciones rocosas muy llamativas. Unos paredones altos que bordean el camino y tienen cuevas, dicen que en ciertas épocas es posible avistar condores, aunque nosotros no pudimos verlo.

Retomando el camino hacia Villa Meliquina, luego de Confluencia son 55 km de ripio. Al principio el camino esta en muy mal estado, mejorando solo por momentos. El camino pasa por el Paso Cordoba, a 1300 metros de altura, paso antiguamente utilizado por los primeros pobladores para cruzar sus animales. La vista es impresionante y se pueden ver los valles y el camino que serpentea mas abajo. A medida que nos acercamos a Villa Meliquina el camino deja de ser tan rocoso y arido y comienza a poblarse de arboles y lo cruzan algunos arroyos.

Finalmente llegamos y acostumbrados a otros pueblos de montaña donde las casas suelen estar muy juntas, aqui esta mas separado y por eso en principio nos costo tener la certeza de haber llegado. El lago Meliquina es deslumbrante, tan azul, transparente, sereno, pueden verse las truchas saltando y resplandeciendo al sol. Hay un puente, bajo el que pasa el rio Meliquina antes de desembocar en el lago, y donde se forman pequeñas hoyas de color verde esmeralda.

Allí cerca esta La Arquería y ademas de almorzar tambien practicamos un poco de tiro con arco. Encontramos tambien, una tienda que hace repostería artesanal y nos tentamos con dos tortitas pequeñas de crema de naranja, alfajores de maizena y huevos caseros. Las tortitas son un trocito de paraíso deshaciendose en el paladar. Volveria solo por eso. Continuamos camino hacia San Martin de los Andes, ya que tenemos la intención de hacer el recorrido de los Siete Lagos. De la ultima vez que estuve en San Martin de los Andes pasaron talvez unos diez años y el cambio se noto y mucho. El pueblo ya no es pueblo, creció en casas y población, el lago que antes desde la calle pasabas directamente a la playa ahora tiene una vereda que hace las veces de costanera. Cargamos combustible y luego de dar unas vueltas mas por nostalgia que por otra cosa, nos fuimos. Para mi gusto particular demasiada gente.

Retomamos la Ruta 40 y comenzamos a pasar por todos los lagos que le dan nombre a este recorrido. El primero por supuesto lo habíamos visto en San Martin de los Andes y es el Lago Lakar, continua el Lago Hermoso, el Villarino, el Falkner, el Traful, el Correntoso y el Nahuel Huapi. En el medio tambien hay otros mas pequeños pero hermosos. En la ruta hay diversos miradores y desde ya paramos en todos para sacar fotos. Cruzamos un cartel señalando el sendero hacia la Cascada Ñivinco, el cual indicaba que era solo a dos km, sendero para trecking, de dificultad baja y una hora entre ida y vuelta. Lo mas difícil del sendero fue encontrarlo, ya que al principio esta muy mal señalizado, y solo llegue a el porque gente que ya lo conocía me lo indico. Luego es mas facil seguirlo, aunque esta algo descuidado. Es importante prestar atención a los arboles o piedras marcados con aerosol. Es el sendero, apenas una huella donde hay tramos en que la vegetación es muy tupida, es tortuoso y tiene muchas vueltas, troncos caídos y plantas que apenas permiten el paso. Se notan aun los restos de las cenizas volcánicas cubriendo algunas plantas y tierra. La primera vez que se avista la catarata es desde un mirador, y permite ver un salto no demasiado grande, se continua por un sendero hasta llegar a un salto mas pequeño. Desde allí se puede acceder, es mas bien ancha que alta, y tiene varios saltos de diferentes alturas. Se forman hoyas de diferentes tamaños y el rio es allí muy sereno. Lamente dos cosas en ese paseo: no haber llevado repelente para los tábanos y no saber que era tan bello y sereno. Es un lugar para pasar el dia o al menos unas cuantas horas.

Villa Traful, un camino lleno de paisajes hermosos

10 de Enero de 2014 Partimos temprano en la mañana hacia Villa Traful. El camino recorre parte de la emblematica Ruta 40, que nos acerca cada vez a las montañas Cruza sobre pequeños arroyos y el paisaje en esa zona no es tan arido como el que veníamos transitando. Crecen cardos violetas en las banquinas y pequeños arbustos que dan flores amarillas. A medida que nos acercamos a la Comarca (Epuyen, Lago Puelo y El Bolson) el transito aumenta y ya en El Bolsón es francamente insoportable. Para cargar combustible tuvimos que hacer cola durante 20 minutos, aunque nos comentaron que era un año que destacaba por el aumento del turismo.

A la salida de la ciudad, sobre la ruta, comimos una tabla de fiambres, en un restaurante al aire libre. Continuando el camino, pasamos por bellísimos paisajes, lagos y algunos arroyos. A medida que nos acercamos a Bariloche, el transito vuelve a aumentar y se pierde esa sensación de naturaleza, notandose la cercania de la gran ciudad. No tuvimos que entrar, y tampoco lo deseábamos. Una vez dejado atras Rio Negro y entrando a Neuquén, el paisaje vuelve a cambiar, los arboles se ven distintos y es mas rocoso. Durante un largo trecho la ruta bordea el Rio Limay. Es de destacar que antes de entrar a Bariloche ya estábamos en el Parque Nacional Nahuel Huapi.

Una vez llegados a Confluencia, nos detuvimos a cargar combustible, ya que a partir de ahi saldríamos de la ruta asfaltada y tomaríamos la R65, de ripio? tierra? ( o un poco de ambos) hasta Villa Traful. Si se continua por la ruta asfaltada y cruzando el Rio Limay se puede seguir hasta Villa Meliquina por ripio, o continuar por el asfalto hasta Zapala o Neuquén, con muchos desvios en el medio.

Desde Confluencia hasta Villa Traful son 36 km de ripio, con zonas en muy buen estado y otras con baches y serruchos. A 6 km hay un desvio hacia Cuyin Manzano previo cruce de un puente de madera que pasa sobre el Rio Minero. Bajamos a sacar algunas fotos y disfrutar del agua transparente y fria . En el suelo y las plantas aun hay restos de ceniza volcánica de la ultima erupción del volcan Epuyen.

Cinco km antes de llegar a Villa Traful hay un mirador desde donde se tiene una buena panoramica del lugar. llegamos a la Villa a las 19 hs aproximadamente. El complejo de cabañas se llama Walnor, tiene un parque prolijo con buena arboleda, construcciones típicas de madera, un buen deck y vista al lago. El interior de la cabaña es comodo y funcional, con una salamandra que tal como comprobamos esa noche, calefacciona muy bien el ambiente. En contra podría decir que el colchón es duro y las almohadas demasiado finas (al manos para mi gusto), y la tercer cama es un futon, que después de unos dias se convierte en algo incomodo. Y a la cocina le falta algo de equipamiento. Por lo demás, y como dije antes es comoda, esta limpia, y tiene una vista increíble. Elcomplejo tiene un restaurante donde cenamos esa primera noche. Goulash y spletze. Bellamente presentado y muy rico. Tambien una hamburguesa con papas fritas rico y abundante. Despues de prender la salamandra, a dormir que el viaje, aunque bello fue cansador.

GUALJAINA, un pequeño paraiso

9 de enero de 2014 El plan para ese dia era descansar y usar la pileta, pero amaneció nublado y frio. Así que después de desayunar abundantemente en el comedor de la hostería, nos quedamos allí mismo, hojeando los libros con fotografias de la zona y los mapas del lugar. Tambien estuve sancando fotos. El vicio es el vicio.

Al mediodía fuimos a almorzar a La Piedra, una pequeña sandwicheria sobre la calle principal. Pedimos un super pancho y dos sandwiches de lomito completos, para entretenernos en la espera nos sirvieron una tablita de quesos y aceitunas muy sabrosos y que desapareció casi al instante. El sandwich de lomito era de tamaño gigante y muy rico, sumados tres bebidas pagamos $.175. Para pasar la tarde compramos tortas fritas y facturas y fuimos a tomar mate a las orillas del rio Gualjaina.

El tiempo había cambiado y era ahora cálido y soleado y subiendo un poco la montaña se veían a lo lejos los picos nevados. El rio Gualjaina es cristalino, un lecho de pequeñas guijarros y el agua tan fria que al rato ya no se sienten los pies.

Esa noche para cenar optamos por la comida que ofrece la dueña de la hostería. Canelones de verdura y estofado de cordero, de postre helado y budin de pan. $.174. Muy sabroso.

Pasamos Piedra Parada...llegamos a Gualjaina...

8 de Enero Continuamos nuestro viaje en direccion a Piedra Parada y de alli a Gualjaina. Como dije en la entrada anterior (http://nomebastaronlosojos.blogspot.com.ar/2014/05/piedra-parada-casi-llegamos.html), la ruta es de ripio pero su estado es bueno. Siempre con el rio Chubut a nuestra derecha, vemos a lo lejos Piedra Parada. Solitaria, imponente, como caida del cielo.

Piedra Parada es una formacion rocosa que mide 100 m de ancho por 285 m de alto. Testimonio de las culturas que vivieron o pasaron por alli, se encuentran puntas de flechas y pinturas rupestres. Es tambien un gran atractivo para escaladores de todo el mundo por la dificultad de sus vias. La zona fue declarada Area Natural Protegida en el año 2006. Cruzando el puente sobre el rio Chubut, se encuentra el Cañadon de la Buitrera, al que no pude ir. El cansancio y el largo viaje, me hicieron desistir. El paisaje continua siendo unico. Luego me enteraria que habia estado recorriendo la caldera de un volcan. Aun restan 40 km hasta llegar a Gualjaina. Circulando por la estepa, a los lejos, se divisan los arboles que permiten adivinar un pequeño oasis rodeado por rios y chacras. Gualjaina fue declarada como Zona con contaminacion 0. Paramos por dos noches en la hosteria Mirador Huancache. Una habitacion comoda y sencilla, que da al parque y la pileta.Cuenta con mesas y sillas en el exterior y ofrece desayuno y cena (esta ultima bajo previo pedido).

Luego de refrescarnos un poco y tomar unos mates, salimos a recorrer el pueblo, que aunque es pequeño, tiene una calle principal asfaltada de aproximadamente 20 cuadras, una plaza con anfiteatro, escuela y hospital. Esa primer noche cenamos el un lugar llamado Viejo Ñandu. Milanesa napolitana con papas fritas, bife de chorizo con pure y tres bebidas, $.210. El servicio demoro mucho y salimos impregnados del olor de los pollos asandose. Cansadisimos, nos fuimos a dormir.

PIEDRA PARADA, casi llegamos...

8 de Enero de 2014 A partir de Paso de Indios el camino es de ripio. En los inicios de la ruta, por momentos tuvimos dudas ya que no esta bien señalizado, y surgen varios desvios, pero con la ayuda del GPS, continuamos nuestro camino. En lineas generales el camino esta en buen estado aunque hay momentos en que nos encontramos con serruchos muy marcados, o mucha acumulación de ripio, pero con las precauciones correspondientes es un buen camino. Varios km después de Paso de Indios, la ruta baja hacia un valle formado por el cauce del rio Chubut. Corre a nuestra derecha y del lado izquierdo diferentes formaciones rocosas.

Salvo algunas chacras aisladas, faciles de distinguir por los altos alamos sembrados para proteger las casas de los fuertes vientos patagonicos, no es una zona muy poblada. Se cruzaron en nuestro camino unos choiques y sus choritos y algún que otro zorro gris. El cielo siempre surcado por la presencia de los jotes.

El camino sigue las curvas del rio Chubut, que corre muy tranquilo a nuestro lado y cuyas aguas tienen un color algo verdoso. Recorridos varios km llegamos a un pequeño pueblo llamado PASO DEL SAPO, son solo un par de cuadras, la comisaría, el hospitalito, la escuela y ya no mas.

Por la tarde paramos a la vera del rio, para descansar y merendar algo. El viento es fuerte y por momentos se lleva las palabras, pero cuando cesa, el silencio es casi abrumador.

Continuamos nuestro viaje, mas adelante vemos desde lejos PIEDRA PARADA. Aun faltan muchos kms para llegar, pero su altura permite apreciarla mucho antes.